12 Nov Tips para que tu remodelación no sea un dolor de cabeza.
Siempre, siempre ¡siempre! ten muy claro lo que deseas hacer y manifiéstalo de la forma más detallada posible. Los diseños, dibujos, fotos, y en general toda imagen del resultado que deseas, son muy útiles para dejar bien claro que esperas de la remodelación.
1. Ten Calma.
No es una carrera de velocidad, es una carrera de obstáculos. Prepararte para una remodelación toma tiempo y cuando se hace a la ligera puedes obviar pasos muy importantes que se transforman en sorpresas que pueden afectar el calendario de trabajo y presupuesto.
Al comenzar a planear la remodelación de tu casa elige el momento adecuado para llevarla a cabo. Nunca te animes a hacerlo en estos casos:
– Un período de tiempo en el que estás muy estresado en el trabajo,
– En el que tus hijos están de exámenes.
– En el que tu pareja está ausente.
– Antes de una fecha muy especial, etc.
Las reformas pueden llevarnos al límite del estrés, por eso lo más conveniente es evitar al máximo cualquier otro factor externo que pueda añadir más tensión.
2. Expande tu conocimiento.
Conocer los detalles de tu remodelación es muy importante. Digamos que vas a remodelar tu fachada.
¿Qué tipo de ventanas es la más apropiada? Los cristales fijos están de moda, pero si no tienes aire acondicionado entonces el viento no circulará y la casa será calurosa. Pero, ¿sabías que viene un estilo de ventana llamada “proyectable” que es un cristal fijo que abre hacia el frente permitiendo que el viento fluya? Otro factor que debes conocer es el grosor del metal con el que fabricaron la ventana, no todos son iguales y si quieres una ventana de seguridad querrás el metal más grueso.
Antes de comenzar con tu remodelación debes conocer las alternativas que tienes en el mercado y cuál es la más apropiada para ti.
Convierte a los buscadores en tus mejores amigos. Google, instagram, facebook, Pinterest. etc.
Debes tomarte el tiempo que sea necesario para encontrar el contratista más adecuado para ti. Investiga, pregunta, consulta, y busca referencias.
3. Busca ayuda, un contratista adecuado.
Si necesitas ayuda o no sabes que hacer, busca ayuda de un profesional con experiencia en el tema que deseas conocer: Electricidad.
Remodelación.
Plomería.
Arquitectura.
Diseño.
Fachadas etc.
– Permite al experto trabajar en tu casa, podrá orientarte y verificar lo que necesitas. Nunca olvides esta frase:
“No cuesta mucho dinero, te costará más el no contratarlo”.
– No olvides los papeleos, El profesional debe introducirte a los procesos legales de una remodelación, permisos y aspectos profesionales de lo que debes y no debes hacer.
4. Plasma el diseño en papel
Realizar un diseño detallado te ayudará a que le contratista pueda entender y visualizar lo que tendrá que cotizar, especialmente cuando llegue el momento de construir. Dependiendo de la complejidad de la remodelación puedes necesitar un “croquis” hecho a mano, (Mood board / collage), diseño en 3D o plano arquitectónico. Si tienes ideas que has conseguido en “Pinterest” o internet, no temas en mostrárselas a los profesionales que estarán cotizando. Si quieres ayuda con este proceso puedes contactar a mi equipo en https://www.instagram.com/creandounaimagen/
5. Crea un presupuesto.
Aprovechemos para preguntarle al experto un costo aproximado de los trabajos o mejor aún una cotización. Siempre es importante tener varias cotizaciones del mismo trabajo para poder tener una mejor idea del presupuesto que debes tener para la remodelación. Asegúrate que la cotización está desglosada para que no quede nada fuera y que puedas tener mejor control del presupuesto si surge algún cambio. Una vez tengas establecido el presupuesto debes tener un fondo de reserva aparte para los contratiempos que surjan durante el proyecto (10%). En cualquier remodelación siempre surgen sorpresas en el camino como un tubo dentro de la pared que deseábamos demoler y ahora hay que relocalizarlo. Entonces esa cambio cuesta dinero. Pero gracias al fondo de reserva podremos costear estos trabajos sin que el presupuesto se vea afectado.
6. Oriéntate sobre el contrato.
No importa si el trabajo de remodelación es sencillo o complicado, un contrato puede salvar tu dinero. Solicita al contratista que realice uno y te lo entregue, de lo contrario prepara tú uno. Nunca comiences un trabajo o entregues un depósito sin tener un contrato firmado.
7. Pide tiempos y establece límites.
Pide tiempos, mantente firme, sé exigente, no te ablandes, pero no presiones demasiado a los empleados o podrían simplemente obstinarse de ti. Hay que comprender que una reforma no es un trabajo sencillo y que toma su tiempo. Ahora bien, es mucho mejor pagar un poco más por un trabajo de calidad y a tiempo, que menos por uno que durará mucho más de lo que tú y tus vecinos desean.
Importante: Si no deseas quedarte junto a los obreros por mucho, mucho tiempo, evita los cambios. Si realizas cambios, la posibilidad de que los tiempos cambien son extremos. Un cambio, por más pequeño que sea, genera cambios en toda la programación de instalaciones, y claro, entregas.
8. Debes estar pendiente de los detalles.
Deja claras instrucciones para que se ocupen de ellos. Una vez finalizados los trabajos hay una serie de detalles que deben quedar listos también: pulir, lacar, pintar, remover manchas, etc. Si no lo solicitas lo más probable es que no te lo hagan, por eso ¡atento!
9. Por último.
Asume que las remodelaciones en casa son molestas y estresantes y que, mientras duren, deberás aprender a vivir con ello. Este simple pensamiento te permitirá planear tu remodelación con una mayor inteligencia emocional y sin sucumbir ante la tensión y los problemas.
Piensa siempre en el producto final, no en el proceso.
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